La Habana, Cuba, 2007
La isla de Cuba se procuró una gran sala de conciertos.
Sin ninguna amplificación, las frecuencias sonoras generadas por los instrumentos son literalmente propulsadas hasta la última fila del balcón con una fidelidad y una sorprendente vitalidad. El aire acondicionado de la sala se produce por convección desde cada asiento para eliminar el ruido generado por la fricción del aire de los conductos de aire acondicionado tradicionales.
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